Avicultura
Las aves, por su tipo de sistema digestivo, son clasificadas como animales monogástricos, con una baja capacidad de transformación interna de materias primas crudas, por lo que necesitan que los nutrientes esenciales estén fácilmente disponibles en el alimento para una correcta digestión.
La calidad de las materias primas es fundamental a la hora de la elaboración de alimentos balanceados.
De lo general a lo particular, los alimentos balanceados se diseñan para obtener un resultado productivo excelente teniendo en cuenta los niveles de energía y proteínas a suministrar a las aves.
La energía es aportada por los cereales y las aves la utilizan en el mantenimiento de la temperatura corporal. Su deficiencia impide un desarrollo corporal óptimo y su exceso contribuye a la acumulación de grasa.
Las proteínas son aportadas por los cereales y especialmente por los concentrados proteicos resultantes de la extracción de aceites de las oleaginosas, y pasan a formar la parte constitutiva de la masa cárnica corporal.
Ingredientes que se utilizan en Argentina.
En Argentina hay excedente de oferta de ingredientes, pudiendo cubrirse los requerimientos de una fórmula de alimento con solo 4 (cuatro) o 5 (cinco) ingredientes.
Básicamente, en la producción del alimento balanceado que se ofrece al pollo que consumimos se utilizan maíz y soja. Existen otras opciones de que dispone la industria y que se detallan a continuación con su aporte de proteínas y energía.
Proteína cruda (g) | Energía (Kcal) | |
Maíz | 8,7 | 3172 |
Trigo | 11,9 | 2822 |
Sorgo | 10,1 | 3116 |
Harina de gluten de maíz | 20,9 | 1680 |
Salvado de trigo | 15,0 | 1040 |
Salvado ext. de arroz | 14,7 | 1410 |
Poroto soya calentado | 35,6 | 3010 |
Torta de soya, 48 (extraído el aceite) | 47,3 | 1945 |
Torta de girasol, 39 (extraído el aceite) | 38,6 | 1445 |
Como ingredientes complementarios se utilizan conchilla molida y ceniza de hueso como aporte de fósforo y calcio, aminoácidos esenciales (lisina, metionina y treonina), y núcleos vitamínicos y minerales.
La correcta formulación de un alimento balanceado debe tener en cuenta un adecuado balance entre la edad del lote, la energía y la proteína suministrada. Esta última está formada por unidades menores llamadas aminoácidos, que son los verdaderos limitantes de los valores de proteína a utilizar.
Para que las aves puedan transformar la energía y proteína en carne de alto valor biológico necesitan de componentes menores que ayudan al éxito de esta producción. Es el caso de los minerales como el fósforo y el calcio, que forman parte del esqueleto de sostén de las aves, y de otros minerales menores para el mantenimiento del equilibrio electrolítico, como son el sodio, el cloro y el potasio.
En menores cantidades, pero igualmente importantes, es el uso de vitaminas que participan en todos los procesos metabólicos y que no se encuentran en la proporción adecuada en las materias primas que se utilizan en la alimentación. Por esta razón es necesario agregar a la mezcla de los cereales y oleaginosas un complemento vitamínico-mineral.
Las personas requieren una alimentación adecuada en función de: su edad, su nivel de actividad física, su conformación, el clima donde transcurre su vida (cálido-frío), etc. Los profesionales de la salud y especialmente los nutricionistas saben cómo combinar los alimentos y la mejor manera de ingerirlos para que las personas logren un estado nutricional óptimo. Hay un objetivo en el profesional y un resultado en la persona (si hiciéramos caso).
Es muy parecida la tarea del Médico Veterinario e Ingeniero Agrónomo especializado en nutrición avícola, en la medida en que formulan distintos tipos de alimento de acuerdo al objetivo que se desee lograr en el ave. Así, por un lado formulan un tipo de alimento para gallinas reproductoras (madres) que tienen períodos de crianza, desarrollo y postura, y cuya actividad será intensiva por casi un año y medio de vida. Al mismo tiempo, deben preparar la alimentación de los pollos que luego nosotros consumiremos. Para ellos se utilizan distintas fases de alimento, cada una de las cuales aporta los nutrientes de mayor demanda en cada etapa del crecimiento y desarrollo del ave. Así, existe un alimento “iniciador” que se ofrece entre 1 y 10 días de edad; una fase 2, de “crecimiento”, que se suministra entre los 10 y 28 días de edad; una fase 3, de “engorde”, para las aves entre 28 y 42 días de edad; y finalmente una cuarta fase de alimento, terminador o de “engorde retiro”, que se ofrece desde los 42 días de edad hasta los 50 días aproximadamente.
La fabricación de alimentos balanceados requiere de un adecuado control de materias primas en la etapa de recepción de las mismas. Se controlan aspectos tales como el valor de la proteína, la presencia de sustancias tóxicas como micotoxinas y peróxidos fruto de procesos de enranciamiento, entre otros. Estos análisis se efectúan en los laboratorios anexos a las plantas de producción como condición previa a la recepción de la materia prima, rechazándosela si no cubre los requisitos de calidad. Una vez autorizada su descarga se procede a identificar dichas materias primas para garantizar su posterior trazabilidad. Las materias primas pasan primero por un proceso de molienda para facilitar la disponibilidad de los nutrientes en el aparato digestivo de las aves; posteriormente se pesan y mezclan en las proporciones indicadas para constituirse por último en lo que indica su nombre, un “alimento balanceado” a la necesidad nutricional de las aves.
Antes de salir de la planta de producción, el alimento pasa por una etapa denominada peletizado, en la cual se realiza un tratamiento térmico para mejorar la digestibilidad de las materias crudas y bajar la carga microbiana, en un proceso similar a la pasteurización de los alimentos. También esta etapa modifica la forma física de los alimentos, los cuales adquieren una forma similar a los granos pero con una composición ajustada a los requerimientos de los pollos.
Así como la presión en la selección de las aves conduce al logro de los animales ideales, los mismos genetistas que desarrollan las líneas guían a los nutricionistas en relación a los requerimientos básicos de proteínas, energía, calcio, fósforo, fibra, etc. que permitirán expresar el máximo vigor de crecimiento de esos pollos.
Teniendo bajo control la temperatura y la calidad del aire (ambiente ideal) con galpones y equipos de crianza, el Nutricionista podrá crear una fórmula que responderá plenamente a las expectativas de crecimiento, conformación y calidad del pollo.
NO SE SUMINISTRAN HORMONAS. NO EXISTE EN EL MUNDO HORMONA DE CRECIMIENTO DE POLLO EN FORMA COMERCIAL Y NINGUNA OTRA HORMONA PUEDE HACER CRECER A UN POLLO.
Fuente: CEPA – Centro Empresas Procesadoras Avícolas