
1 pollo entero chico (1,6 kg o 700 g ya desmenuzado)
Salsa de soja, 3 cucharadas (50 cc)
Semillas de sésamo blanco, 1 cucharada (15 g)
Miel, 1 cucharada (15 g)
Arroz yamaní, 1 ½ pocillo (100 g)
Caldo de vegetales, 2 tazas (500 cc)
Ajo, 1 diente (10 g)
Jengibre fresco, 1 ruedita (5 g)
Apio, 1 rama (50 g)
Tomate, 3 unidades chicas (600 g)
Cebolla de verdeo, 1 unidad (100 g)
Lechuga mantecosa, 1 planta chica (150 g)
Arándanos frescos, 4 cucharadas (60 g)
Cilantro fresco, 15 hojitas (5 g)
Lima, 1 unidad (80 g)
Limón, 1 unidad (120 g)
Aceite de girasol, 3 cucharadas (45 g)
Sal y pimienta, a gusto.
Si te sobró pollo del asado del fin de semana, esta receta viene bárbaro (y puede salvarte en Navidad 😉). Si no tuviste esa suerte… cociná un pollo (al horno, hervido o como más te guste). Podés usar pechuga, pata-muslo, o mezclar ambos.
Lo primero que vas a hacer es desmenuzarlo “tamaño bocado”.
Colocá los trocitos de pollo en un bowl y marinálos con ralladura de lima, miel, salsa de soja, semillas de sésamo y pimienta.
Dejá el pollo marinando en la heladera una hora para que tome sabor.
Mientras, poné una olla a fuego mínimo con aceite, sal (como para todo el arroz), ajo y jengibre rallados. Cocinálo 1 minuto sin que se dore y agregá el caldo de vegetales. Subí el fuego a medio y cuando comience a hervir, incorporá el arroz yamaní. Cocinálo hasta que evapore la totalidad del caldo, removiendo de tanto en tanto. Luego, dejálo enfriar.
Cortá los tomates en cubitos, la cebolla de verdeo en rueditas (lo verde, lo blanco y lo violeta, todo) y el apio finito.
Hacé una vinagreta con el jugo de la lima que usaste antes, jugo de limón, aceite de girasol, sal y pimienta. Sólo mezclá todo en un recipiente, así nomás.
En tu ensaladera favorita, colocá hojas de lechuga mantecosa, y sobre ellas, el arroz ya frío, los tomates, verdeo y apio. Luego, el pollo desmenuzado marinado rico, unos arándanos y hojas de cilantro (podés cambiarlas por perejil o albahaca)
Ya en la mesa, bañá todo con esa vinagreta! Y felicidades!